Las gafas y yo

Hoy daría un brazo por poneros mi video tutorial sobre cómo hacer un doble mortal con no uno, sino dos triples tirabuzones y con carpado final, pero dice mi entrenador que debemos mantenerlo oculto para no dar facilidades a nuestros rivales de cara a los próximos Juegos Olímpicos, así que vuelvo a desviar el tema para hablaros sobre un debate que está en la calle, que crea malestar entre los miembros de una misma familia, que hace que amigos de toda la vida dejen de hablarse. Si amiguitos, voy a hablaros de la Independencia.

Jajaja...¡Qué va! Paso. Demasiado trivial. Voy a hablaros del debate GAFAS-LENTILLAS. Y empiezo mojándome, yo soy muy de las gafas.

Desde el principio de los tiempos el ser humano se ha empeñado en ver. Partiendo de esta premisa es fácil entender que, llegado el momento, se inventaran las gafas, algo que los que somos miopes y las azafatas del "Un, dos, tres" siempre hemos agradecido. Pero la tecnología y la ciencia no se han conformado con eso de ver bien y han ido introduciendo nuevas formas de hacerlo: lentillas y operaciones en los ojos a cornea abierta. Dichos avances son fruto de los cánones de belleza imperantes ya que hasta hace 10 años los que llevábamos gafas éramos algo así como antilujúricos. Mirad por ejemplo a Supermán, un tío guapetón y cachas que se pone gafas y se vuelve invisible para las mujeres (además, por el simple hecho de ponérselas, empieza a tartamudear, cosa que habría que estudiar). ¡Ah! Eso sí, la ciencia que tanto ha avanzado para que parezcamos más guapos aún no ha inventado nada para compaginar las gafas con la tecnología 3D de los cines, no deben haber reparado que hay cierto problemilla en llevar 2 gafas puestas durante dos horas. Mucho ir a la luna, mucho móviles de última generación pero los seres humanos con lentes no podemos ir a ver Holocausto Canibal en 3D y permanecer dignos.

Yo soy miope, tengo unas 5 dioptrías de ceguera y 2 o 3 de astigmatismo, lo que ha hecho que mi óptico pueda permitirse una segunda residencia en Beverly Hills con piscina y un perro al que ha tenido el detalle de poner mi nombre gracias a la pasta que me dejo en su óptica cada vez que voy. Durante muchos años, antes de descubrir que había cierto componente genético y otras mil variantes más, viví pensando que perdía vista por hacerme pajas. Sí, soy de esa generación a las que les llegó (de rebote) que si te masturbabas te quedabas ciego. El caso es que cuando mis padres se dieron cuenta que no veía las paradas del metro o las matrículas y me llevaron al oculista, yo, asustado, dejé de pelármela. Fueron los dos peores días de mi vida, no se lo deseo a nadie. En esos dos tensos días, como no me masturbaba, tuve tiempo de investigar y enterrarme en libros para llegar a la conclusión de que el problema eran mis ojos y mi adn, no mi pene. A partir de ahí, todo fue a mejor.

Siempre llevé gafas, así que os podéis imaginar que las prefiero a meterme un dedo enlentillado o un laser en el ojo. Reconozco que hay cosas horribles en el hecho de llevarlas, cosas que los que ahora van con ellas porque están de moda no se han ni planteado. Hace frío y entras en un sitio con calefacción y estás hora y media con las gafas empañadas. Sudas y estás 33 minutos con los cristales entelados. Llueve y no ves una mierda. Pestañeas y se te ensucian. A los bebés los educan para que te dejen sus dedazos marcados cuandos hace 3 minutos que te las has limpiado. Se levanta aire en Oklahoma y todo el polvo van a parar a tus cristales. Le das un beso a alguien que también lleva gafas y se chocan las monturas. La bisagra de la patilla te pilla los pelos largos del flequillo provocando, como me pasó a mí, alopecias prematuras. Se te rompen y de repente te quedas sin el resto de sentidos, ni ves ni oyes ni hueles porque te entra tanta inseguridad que te bloqueas. Solo el sentido del gusto parece sobrevivir a ese bloqueo. Lo sé por el sabor a sangre en mi boca de las hostias que me doy sin las gafas puestas.

En mi época de joven, que lo fui (tengo fotos que lo atestiguan), las gafas era mucho peores que ahora. Se rompían con nombrarlas. Durante un par de años llevé gafas partidas por la mitad, justo en el puente encima de la nariz, y pegadas con superglú. Era eso o comprar cada 2 semanas unas nuevas. El caso es que aquella cola no era tan mágica como decían y las gafas se volvían a separar cada 7 horas. Cuando volvía a pegarlas el gas del pegamento me hacía llorar durante días y se me metía en el cerebro, dejándolo en las condiciones deplorables y lamentables en las que se encuentra ahora. Practicar deporte tampoco era de gran ayuda y rompí bastantes más patillas de gafas que corazones. Pasados los 25 años me compré unas gafas de Kareen Abdul Jabbar (creo que se llaman así) para jugar unas ligas de futbol y basket de viejas glorias y, si bien es cierto que para el deporte van muy bien, lo cierto es que mi aspecto con esas gafas y mis 115 kilos distaba mucho de ser algo hermoso y acariciable. Aún hoy me parece un milagro que mi señora, aún viendome con esa pinta, me dejara copular con ella y fecundarla. Si eso no es amor...

Otro tema a tratar sería el daño que a hecho EEUU a los miopes del resto del mundo. Incluso ahora, que aceptamos con normalidad llevar gafas e incluso para algunas personas es un complemento de moda más, no ves en las películas americanas ninguna persona con ellas que no sea un empollón repelente (un nerd, como los llaman ellos), un feo o un parásito social. Julia Roberts jamás llevó gafas, ninguna guapa oficial de Hollywood las ha llevado nunca. Thor no lleva gafas; George Clooney no las lleva; Susan, capitana del equipo de animadoras, y Jack, el Quaterback, no saben ni lo que son. ¿Sabéis quien lleva gafas en Hollywood? Steve Urkel, Groucho Marx, Betty la fea, Woody Allen y todos los que han follado con menos personas que yo. Solo el gran Walter White de Breaking Bad nos devuelve la dignidad...y eso que está muy loco. Harry Potter, el peor personaje del universo Harry Potter, también las lleva, pero porque no es americano y porque viene de la literatura, donde las gafas no son el anticristo.

Otro de los problemas de llevar gafas es la playa. Se nos ve rápido a los miopes, nunca mejor dicho. Somos los que justo antes de salir del agua nos quedamos parados con los brazos en jarra, achinando los ojos, adelantando y estirando el cuello como una tortuga y buscando, moviendo la cabeza lentamente de izquierda a derecha, una toalla o sombrilla que por sus colores pudiera sonarte. Todos sabemos que quien inventó la operación de la vista era una persona miope que perdió a sus hijos y a su pareja en la playa. Literalmente los perdió de vista al meterse en el agua y jamás volvió a saber de ellos. No consiguió ver sus toallas. Compungido, trató de crear algo para que esto no le pasara a nadie nunca más. Cuando yo era pequeño era más fácil. Solo tenías que ponerte al lado del grupito de "lolailos" que ponían en el "loro" a Los Chunguitos a toda pastilla. Entonces salías del agua y cerrando los ojos te dejabas guiar por la música. Ahora no, os habéis empeñado entre todos en llevar reproductores de música que no se ven desde el mar y encima os ponéis los auriculares. La de familias que no lograrán reunirse en la playa por vuestra culpa.

Pero lo peor de llevar gafas, lo que peor llevo, es esa ley no escrita durante tantos años de que llevar gafas de sol mola y llevar gafas normales no. ¿Por qué? ¿Quién ha decidido que esto sea así? Tener gafas de sol graduadas es un lujo que no todos podemos permitirnos... ¿En qué momento Dios decidió que llevar gafas de culo de vaso es de "pringao" y llevar gafas de sol te convierte en "top gun"? Ojo, que quizás hablo desde la envidia por no haber llevado nunca lentes oscuras, pero no me parece justo. Y ya puestos... los que llevan gafas de sol 24 horas al día, 365 días al año... ¿qué tenéis que esconder? ¿dónde miráis cuando habláis? ¿De qué color son vuestros ojos? ¿Por qué van bien las gafas de sol como diadema y las normales no? Einstein, Gandhi y Marie Curie no llevaban gafas de sol, ¿Sabéis a quién sí he visto con ellas puestas? A Bertín Osborne ¿Casualidad? No creo en las casualidades. Nunca confiéis en personas que llevan gafas oscuras...y si son de esas con espejo ya puedes pegarle un tiro. De terrorista para arriba, os lo digo yo.

Por mis reflexiones, podría parecer que todo son ventajas en llevar lentillas o operarse la vista. Para nada. Es verdad que en frío, con la ciencia en la mano, parece que llevar lentillas te garantiza ser más atractivo, te garantiza ver a pesar de la lluvia, el frío o el calor, te garantiza no perder familiares en la playa y te garantiza que nadie pueda romperte las patillas, pero es lo que tienes. Son las cartas que te han dado. En un mundo donde todos somos tan hipócritas como para criticar la hipocresía de los demas y no las hipocresías propias, resulta que muchos censuran que una mujer pueda operarse los pechos pero ven estupendamente que alguien se opere la vista. Ole y ole... ¡Seréis falsos!!! Si eres miope, gordo, alopécico, con fimosis, con la nariz grande o con un bazo asqueroso, hay que aprender a vivir con lo que tienes y no ponerte parches. Tus defectos no se tapan con gafas de sol. No todos tenemos la suerte de las personas de etnia gitana, que ven todos de puta madre y no hay ninguno con gafas. Algunos, muchos, vemos mal. Hay que aceptarlo.

Así que sí, en un debate a muerte entre seguidores de las gafas y fans de las lentillas yo me posiciono en favor de mi compañera más fiel en los últimos 30 años. Desde el momento en que decidí que había llegado la hora de ponerme gafas, allá por el lejano 5° de EGB, y empecé a ver, me he sentido en deuda con ellas y no pienso abandonarla por unas lentillas cualquiera. Yo no me rijo por modas o cánones de belleza americanos...Bueno, eso y que ya mismo tengo la vista cansada y necesito bifocales y que yo sepa no hacen lentillas así.

PD: Si alguien necesita unas gafas de Kareem Abdul Jabbar graduadas que se ponga en contacto conmigo.

PD2: Esta reflexión puede contener trazas de realidad.

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