Las siestas y yo
Todo el mundo que haya visto la cosa esa de superhéroes macizorros, Endgame, habrá salido del cine haciéndose la misma pregunta... No... La de si el culo del capitán américa puede ser más perfecto, no... La otra pregunta... Sí, esa... ¿se puede viajar en el tiempo a través del mundo cuántico? Pues bien, para responder a esa pregunta habría que disponer de una teoría de la gravedad cuántica, que de momento no existe. Según la película, en el reino cuántico, no existen el espacio y el tiempo como lo concebimos, así que es razonable suponer que si en la teoría del espacio-tiempo de Einstein son posibles los viajes en el tiempo tal vez, solo tal vez, podrían serlo a través de ese dominio, que es más fundamental que el espacio y el tiempo mismo. Después os paso un dosier con dibujitos para que lo entendáis. Mientras tanto, voy a hablar de algo más debatible que los viajes en el tiempo cuántico. Sí amiguitos, hoy vamos a hablar de LA SIESTA, lo mejor que ha creado la humanidad, mejor incluso que los videoclips de Bananarama.
Fueron los mayas los primeros, al menos los primeros que dejaron pruebas fehacientes de ello, que obligaban a dormir la siesta a sus hijos. Estos lloraban y decían en su idioma maya que porqué debían dormir la siesta si no tenían sueño a lo que los adultos les respondían "por que lo digo yo y punto". Poco ha cambiado la siesta desde entonces. Como buen científico he de decir que soy escéptico con todo menos con dos cosas... La primera es que si dices monja muchas veces acabas diciendo jamón. La segunda es que la siesta sigue siendo ese ratito de felicidad necesario para la vida... Además, la alternativa a no dormirla es ver Sálvame, y por ahí no paso.
Mi equipo de investigación y yo hemos estudiado algunas de las 1462 clases de siestas conocidas. Ahí van las más conocidas:
Siesta Bella durmiente: dura entre dos horas y cien años. También conocida como siesta de pijama y orinal. Consiste en meterse en la cama con la misma actitud del que duerme por la noche. Niños, no hagáis esto sin la supervisión de un adulto. Tiene el handicap de que al despertar parece haberse roto el continuo espacio tiempo y no sabes si es martes o 15 de mayo. Un concepto define perfectamente esta siesta: babas en la almohada. La siesta de los campeones... Mi siesta.
Siesta deportiva: su principal característica es que no quieres dormir la siesta. Tu idea es ver la etapa reina del Tour de Francia o los cuartos de final de Roland Garros, pero no puedes engañar a nadie, desde Perico Delgado nadie ha podido ver entera una etapa sin dormirse. Lo que no tiene lógica ninguna es que los ciclistas y los tenistas no duerman.
Las siestas de la 2: a cualquier hora que pongas la segunda cadena de TVE puedes caer en estado comatoso semi vegetativo, pero es a partir de las tres, cuando ponen en marcha los programadores sus fábricas de sueño. Le dicen a un locutor que narre todo de forma lineal, sin subidas ni bajadas... Como si la vida, reproducción y muerte de una mariposa astrohungara no fuese motivo sufiente para mantenerte en vilo 3 horas. La de gacelas que han muerto para que tú duermas una buena siesta. En este apartado también incluiríamos los documentales de canal 33, también de gran belleza plástica pero con la clara función soporífera de aburrir.
Mierdasiesta: la siesta amateur... Quieres dormir deprisa y en la siesta, como en el sexo, las prisas no son buenas. Consiste en cerrar los ojos en el sofá 15 minutos. Descansar la vista lo llaman. Una aberración para los que, como yo, somos tan puristas. 6 de cada diez usuarios de esta modalidad son despertados por sus propios ronquidos o por un esguince cervical provocado por la caida flaccida del cuello. Los otros 4 se despierta cuando un familiar le cambia el canal de la tele. El siestero entiende esto como una traición y se enfada alegando que no estaba durmiendo... Aunque suele volver a caer. Dicen que te sientes como nuevo al acabar y que es lo realmente sano, pero yo digo que eso es una mentira.
La siesta capicua: en mi casa siempre se la ha llamado la siesta del guarro. En esta yo también podría ser olímpico. Consiste en dormir antes de comer y después. Ideal para jóvenes y viejos aburridos de la vida, o para profesionales del escaqueo del noble arte de poner la mesa. Suele practicarse los fines de semana. Hay que tener gran dosis de autocontrol y disciplina para no empalmar ambas siestas y poder concentrarte en comer, así que solo pueden practicarla profesionales, gente con un don natural para dormir o gente extremadamente competitiva y/o sin nada que perder.
Duermevela público: el hermano triste y patético de la siesta bella durmiente. Es la que se da en los transportes públicos o en los bancos de la calle. Me avergüenza llamar a eso siesta, pero como científico no debo opinar... aunque sea una puta mierda. Es en la única modalidad en la que pierdes el honor, el orgullo y la dignidad porque cientos de personas ven como Morfeo te gana un pulso cada 11 segundos.
La siesta que se te va de las manos: le pides a una alarma que te despierte en 20 minutos, al sonar vuelves a programarla para dormir otros 20. Al despertar te das cuenta que has dormido 2h y media más de lo esperado. Tienes 5 llamadas fijas del trabajo y tres de tu mujer. Cientos de whatsapps te preguntan si estás bien... Y no lo estás porque dormir así, con alarmas, es un asco. Al levantarte necesitas 4 litros de agua porque tu boca se ha convertido en una suela de zapato.
Y tú... ¿que tipo de siesta haces?
PD: El que se ha ganado a pulso dormir una siesta al mes es Roger Wilson, gracias a sus dibujos. Para que luego digan que soy un monstruo...
PD2: Esta reflexión puede contener trazas de realidad. Ninguna persona, animal o cosa ha sufrido daño alguno en el transcurso de esta investigación... Ese señor que veía la 2 ya estaba así de soporiferamente vegetativo cuando llegamos.
