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Las pelis porno y yo

  • Foto del escritor: jramonvera
    jramonvera
  • 17 may 2018
  • 5 Min. de lectura

Hace ya 22 semanas que empecé con mis trabajos de investigación y mis reflexiones y aún no he hablado sobre EL TEMA. 4 años de instituto, casi 3 de sociología y 20 en la universidad de la vida investigando, preparándome, especializándome, sacándome Masters en la Juan Carlos I, para no hablar sobre lo que más sé en este mundo ¿Baloncesto? No ¿teorías Freudianas aplicadas al campo de la metafísica avanzada? Podría, pero no ¿Barrio Sesamo? También, pero no estáis preparados todavía. Hoy vengo a hablaros del PORNO. Sí amiguitos, vengo a hablar del género cinematográfico por excelencia, denostado por muchos, adorado por todos. Lo mejor que le ha pasado a la humanidad desde que alguien puso avellanas a la leche, al cacao y al azucar y creó la nocilla. Algún día hablaré de las maravillas de juntar porno y nocilla, cuando nos conozcamos un poquito más.

A pesar de la fama de juerguistas de los Persas, fueron los griegos los primeros en hablar sobre pornografía (porne> puta en griego; grafía>escribir. Algo así como escribir sobre guarradas). El primer porno era escrito y sin dibujitos de tetas ni nada. Sería como ahora las sombras de Grey pero con letras raras y con calidad literaria. Se conoce que de tanto imaginar lo que leían, les explotó la cabeza y por eso no acabaron de dominar el mundo, pero es igual, nos dejaron el porno. Pasaron a la historia por algo bonito y práctico, no como los Etruscos.

Hay 2 tipos de porno. El de las mujeres: aseptico, bonito, literario y con hombres millonarios que pegan, y el masculino: sucio, multimedia, deprabado y donde a las mujeres nunca les duele la cabeza. Yo vengo a hablaros del porno asqueroso, el de los hombres, donde una misma película la puedes ver comodamente en 10 ratos libres que tengas y siempre acaba en masturbación. Ese que si dices que lo ves te tachan de guarro y por eso todos mienten al respecto.

Pero yo sí, yo veo porno. Es verdad que lo veo para mis investigaciones... pero no es menos cierto que me mato a pajas viendolo.

Quiero centrarme en las películas. Lo bonito sería hacer un debate sobre si Gianna Michaels es una actriz de método o sobre si Rebeca Linares es tan técnicamente perfecta como carente de actitud, pero podríamos pasar horas hablando y enfrascarnos en una batalla dialéctica que iría subiendo de volumen y tensión hasta terminar con amistades legendarias o en rupturas familiares. Así que hablaré de cosas más livianas.

Cuando Robert de Niro engorda 20 kilos para una peli todo el mundo le aplaude, cuando una actriz porno se pone 20 kilos de silicona para actuar la criticamos y estigmatizamos. Es penoso, pero el ser humano es así. Todo en el porno está mal visto. Está mal visto la falta de dialogos o la falta de intensidad de ellos pero si un director de arte y ensayo serbo-hungaro lo hace le ponemos medallas y le damos todos los Goya que se merece Concha Velasco. Se critica que haya tantas actrices de diferentes formas, colores y tamaños y tan pocos actores, que siempre sean los mismos, cuando el cine español sobrevivió en los 90 solo con Jorge Sanz, Resines y Gabino Diego . Está mal visto que te la peles mientras lo ves, pero si te masturbas en el Louvre mirando a la Gioconda lo considamos una Performance acojonante. La hicroseía, amigos, esa lacra.

Por suerte, mi equipo de investigación va más allá y nos hemos chupado muchas p... 😅, hemos visto muchas películas para descifrar los entresijos del bello arte de amar con buenas herramientas.

El cine porno es ese que va un hombre a Hacienda y habla con una funcionaria rubia de pechos generosos que, muy amablemente, le dice que es su hora del café y que si le apetece follar. El hombre acepta, no sea que le haga volver otro día porque le faltan papeles. Él acaba manchando el traje de funcionaria de la rubia y a ella no parece importarle. A simple vista parece un argumento simple pero está lleno de matices. Si lo piensas no es peor que el argumento de 8 apellidos vascos y a todo el mundo le gusta.

Lo peor de las pelis porno es el doblaje. La verdad es que es muy perturbador oir una voz en off femenina diciendo "dame más, dame más, oh sí, oh sí" y que la única acriz de la escena no mueva los labios si quiera o tenga la boca tan llena que no pueda ni hablar.

En cambio, lo mejor del septimo arte con personas desnudas y grandes miembros son los títulos. Alguien debería hacer un estudio sobre ellos: "leche calentita y a la cama", "con lana hasta las cejas de follarme a las ovejas", "tócamela otra vez, Sam", "alguien penetró en el nido del cuco", "20.000 lenguas en un viaje ultrauterino" y me preferida "Follo, luego existo, no follo pero insisto" donde el director nos sumerge en un fascinante viaje a través de la filosofía de Descartes y sus "teorías" de pechos asiliconados.

Hay términos pornográficos como bukakke, fisting, bondage, skirt... Que bien podrían ser nombres de las clases que se dan en los gimnasios, pero no, son pequeñas variaciones sexuales que a no todo el mundo les gusta. Todas ellas respetables pero que no te ves realizándolas en un futuro cercano ¿Por qué? Porque eres un cagao, basicamente. Otros términos, como Milf o Gang Bang, si que te gustan más. Si no sabes que significan estas anglicismos puedes preguntar a tu pareja. Te dirá que no lo sabe, pero si suda y se empieza a comportar de forma extraña es que no solo lo sabe sino que se la ha "cascao" repetidas veces con videos de estos temas.

Yo soy un ferviente defensor de ver el porno en solitario. Verlo con tu pareja puede llevar a engaño tanto a uno como a otro. Las comparaciones pueden ser horribles. Yo, debido a lo extraordinario de mi anatomía, no puedo quejarme ni de pene ni de tetas, pero eso no suele ser lo normal y ver según qué tamaños puede ser traumático. Pero hay más cosas perturbadoras que tendemos a comparar, por ejemplo ninguno de nosotros es tan flexible ni tiene tanta resistencia como los actores porno ni vosotras os tomáis el café como la funcionaria de la peli. Eso es así.

En mi época de investigador intrépido sobre el mundo pornográfico, con 16 o 17 años, había una cosa llamada porno codificado en canal +. Era el paraiso de los investigadores. Entornabas un poco los ojos, ladeabas ligeramente la cabeza, le echabas algo de imaginación y ya podías investigar hasta quedarte ciego. Esas cosas bonitas se han perdido. La sociedad ahora considera que lo erótico-festivo no tiene cabida en TV. La sociedad está claramente enferma.

En definitiva, que todo el mundo ve porno, disfruta el porno, lee porno y aprende del porno pero nadie (de más de 22 años) habla de ello porque tenemos un tabú de 30 cmts, por lo menos.

PD: Esta reflexión puede contener trazas de realidad. A pesar de que lo que le hicieron a la pobre funcionaria debe doler, no parece que nadie resultara herido en el transcurso de esta investigación.

 
 
 

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