Los perros y yo
- jramonvera
- 5 jun 2018
- 4 Min. de lectura
Buenos viernes. Hoy venía a revelar uno de los secretos mejor guardados del gobierno de los EEUU. 19 mayo del 62, Madison Square Garden, cumpleaños de JFK. Está todo preparado para que una artista le cante el Happy Birthday al presi y hacerse de esta forma inmortal... pero algo falla. La artista no viene y recurren al plan B, a Norma Jean, alias "La Marilyn". Solo el FBI, el servicio de inteligencia británico y yo sabemos que pasó, pero decirlo cambiaría la historia y no quiero ser yo quien la cambie, así que voy a hablar de otra cosa. Voy a hablar de LOS PERROS, esos hijos peludos que a diferencia de los hijos humanos, se alegran de verte y que te traen la pelota cuando se la tiras para que no tengas que agacharte.
Según estudios recientes, fueron los romanos los primeros que dijeron "vamos a coger a esta loba que ha amamamantado a Rómulo y Remo y la vamos a domesticar. Se llamará Blanquita". Aunque fuimos nosotros, los íberos, los primeros en decir "Míra a Blanquita, si solo le falta hablar", con lo que el origen del perro está un poco confuso.
A ver ¿Qué coño pasa con los perros? Se nos está yendo de las manos. Hace 60 años mandamos a Laika al espacio para ver si un ser vivo podía sobrevivir en órbita. La vida de un humano era demasiado importante como para ponerla en riesgo. Hoy día eso sería impensable. Mándaríamos a un bebé antes de arrisgar la vida de un perro. Esto es así.
Ahora mismo el perro está en lo más alto de la cadena evolutiva, igual que en unos miles de años lo estarán los simios. Los canes son los putos amos, los que mandan. Ya nos advirtieron los dibujantes de Dartacan: los perros podrán hablar, montar a caballo y vestir ropa pero el resto de animales no. De momento solo ha pasado lo de la ropa pero creedme, estamos a 2 tiendas de accesorios para perros de que ellos vistan mejor que nosotros. De ahí al zarpazo definitivo al dominio humano reinante hay solo un pequeño paso.
Cuando yo era un chaval, un perro era como... Un perro de hoy día pero sin disfrazar. No pisaban un veterinario en sus 13 años perrunos así que lo de pasar por peluquería, maquillaje o pedicura era impensable. No tenían, atención, ni psicólogos ni dietistas (a más de uno le va a parecer que estoy hablando del neolítico o de un país tercermundista). De hecho, era una época donde Cesar, el encantador de perros, era simplemente un inmigrante ilegal más sin futuro en los EEUU. Comían huesos, como en los dibujos animados, y no foie caramelizado sobre mil hojas de espinacas al curry con espuma de achicoria. Ladraban (¡Guau! o ¡wow!, dependiendo del inglés que supieran) y los humanos no trataban de razonar con ellos. Eran... Como lo diría sin parecer un capullo sin sentimientos... Eran... Animales. ¡Ala! ya lo he dicho.
Ahora son dioses. Comen alimentos ricos en carbohidratos y proteinas, exactamente lo mismo que los humanos: foie, pizza y San Jacobos. En su época de celo se los llevan a follar ¡pagando! que es como llevar a tu hijo de putas pero en bien visto. Tienen cuentas de instagram, youtube y twitter y miles de seguidores. Lo que peor llevo es que su supremacia es gracias a nosotros. El humano ha vivido obsesionado con educar a sus perros y enseñarles modales: ¡sientate! ¡no quiero oirte ladrar! ¡dame la patita! ¡Hazte el muerto!. Si esas 4 mismas órdenes se las hubieramos enseñado a nuestros hijos igual ahora los que comerían foie seríamos nosotros.
Pero de todo lo que rodea al mundo perril hay dos cosas que me desconciertan sobremanera. La primera es eso de que los perros se parecen a sus amos. ¿En qué base científica o pasaje de la biblia se sustenta eso? ¿De verdad pasa? Yo tengo un pequines de 2 kilos y con un lacito rosa en su pelazo... ¿Eso quiere decir que su amo, osea yo, es así? Por Dios, ¡decidme que no!
También me trae loco el tema de las cacas. La de los perros digo, que yo soy un reloj. El can, sabedor de su reinado, defeca allí donde le viene en gana y el humano, en el mejor de los casos, lo recoge. Estoy harto de ver como niñ@s van dejando mierda por la calle, mucho menos pestosa, mucho menos caliente y mucho menos asquerosa, como por ejemplo un trozo de papel, y los humanos adultos no mueven un músculo por recogerla. ¿Por qué? Basicamente porque recogiendo la caca del perro están rindiendo pleitesía al próximo dominador mundial. A los hijos ya no merece la pena domesticarlos. El caso es que están todas las calles llenas de cagadas pero si preguntas a los "dueños" siempre te dicen que de sus perros no son, que ellos las recogen, así que lo único que se me ocurre es que esas cacas sean de sus hijos.
El día que Blanquita empiece a hablar el mundo será suyo, al tiempo.
PD: Venga, para que no os explote la cabeza, la artista que iba a cantar el Happy Birthday antes de Marilyn era Antonia Abad, alias "Sara Montiel", una joven latina que despuntaba en Hollywood en aquellos años. JFK era un apasionado y un gran entendido del cuplé, como todos ya sabréis. Se conoce que Sara se quedó haciéndole huevos fritos con puntilla a Marlon Brando, con lo cual no hay nada que recriminarle salvo el no haber llamado para avisar que no iba. Dice la leyenda que Kennedy nunca se recuperó y se hizo matar de un tiro en la cabeza en Dallas. Quería darse un glorioso y digno final y no atiborrarse a barbitúricos (como otras que él conocía) así que convenció a su buen amigo Oswall de que acabara con él pero quien realmente apretó el gatillo, como tantas otras veces, fue un joven perturbado con sed de sangre y una venilla un pelín psicópata llamado Trump, Donald Trump. Le quitó el arma al Oswall, disparó y extendió él mismo la teoría de la conspiración. Así fue como la vida de JFK se la cargaron entre Sara Montiel y Trump. Porfa, guardarme el secreto.
PD2: Esta reflexión puede contener trazas de realidad. Ningún perro ha sufrido daño en el transcurso de esta investigación... Por la cuenta que nos trae.
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