Los jefes y yo
- jramonvera
- 3 nov 2018
- 4 Min. de lectura
Buenos viernes. Hoy era la fecha límite que había apuntado en mi agenda escolar del 89 para encontrar una utilidad, por ínfima que fuera, para esa cosa que los matemáticos se empeñan en mostrar al mundo. Pues miren ustedes, matemáticos... Ni es una raíz ni es cuadrada ni tiene utilidad alguna. 30 años de trabajo, de estar en tensión buscando respuestas o utilidad... para nada. Es una tontería que os habéis inventado para rellenar el temario, malditos hijos de puta. Dicho esto, voy a hablar de otra cosa que tampoco es raíz ni cuadrada, pero jode igual. Sí amiguitos, lo habéis adivinado, hoy voy a hablar de LOS JEFES, lo peor que le ha pasado a la humanidad desde que Dios montó la Tierra en siete días con un plano de Ikea y le sobraron piezas (marca ACME), que utilizó Calatrava para hacer sus puentes. Me hubiera gustado empezar hablando de mi encargado pero mi agente de la condicional me ha dicho que mejor que no, que estoy bajo fianza y no me interesan las denuncias. Dice que si lo hago, al menos que no sea en horario infantil, dado mi lenguaje soez y lo insultable del susodicho. Debo mira muy mucho lo que digo, no sea que la sociedad protectora de animales me monte un cirio y me denuncie. Que los perros malditos merecen vivir dicen... Tirando de etimología podemos descubrir que "jefe" es una palabra sumeria. En la antigua Mesopotamia, en el periodo de Uruk, se denominaba así a los hombres con cierto mando y con varias generaciones anteriores a la suya repletas de primos que se acostaban entre ellos. Hoy día el concepto de jefe ha variado poco. Es fácil reconocer a un jefe. En mi caso, por ejemplo, somos dos personas en mi almacén y yo no lo soy, así que notándose que fui a la universidad tres años y soy un crack de la metodología lógica-deductiva, he llegado al a conclusión de que es el otro. En algunos sitios es más complejo de averiguar, pero tampoco os va a salir un aneurisma para distinguirlos, id tranquilos. El encargado es aquel que grita, haciendo muchos aspavientos mientras se pasea sin hacer nada. También puede ser que él crea que tiene siempre razón, pero si los quieres reconocer no lo bases todo en este concepto porque podrías confundirlo con un cuñado. Mi equipo de investigación y yo hemos tirado de estadísticas y sociología para desgranar cómo es la vida de uno de estos especímenes. El jefe empieza siendo un cigoto, después un feto y demás cosas asquerosas hasta que nace. Ahí da sus primeros gritos, empieza a mandar y en su casa empezarán a hacer lo que él diga hasta la adolescencia. Hasta aquí, todo normal. Solo con estos datos podría tratarse de cualquier persona normal, solo que no lo es. En el colegio, con el fin de ser objeto de las burlas, será elegido delegado y, eso por la razón que sea, se la pone dura. Tiene poder... No sabe qué hacer con él, pero le gusta. De joven, en la mili, le hacen cabo pero por lo hinflado de su pecho parece que le han nombrado general de todos los ejércitos. Obviamente se convierte en un cabo cabrón y chusquero. Grita más que piensa. Le excita pensar que le temen y le respetan. Al acabar el servicio militar empieza a currar... Y aquí viene el problema porque para seguir con su dosis de poder recurre a técnicas poco éticas como lamer traseros, hacer horas extras gratis o ir a trabajar con la pierna rota y recién extirpado el bazo... eso, amigos, por la razón que sea, le mola a los jefe de las altas esferas, que no dudan ni un segundo en ofrecerle un puesto de encargado cuando hay otros más preparados, pero que al tener ideas propias, mentalidad de Pasionaria o frecuentes cólicos nefríticos, no interesan. Es como en el ejército, a un comandante le encanta poder decir a alguien que se tire a un pozo y que este lo haga sin rechistar. En las jerarquías está bien visto la falta de personalidad o de iniciativa y se valora mucho la disciplina y la obediencia a pies juntillas. Y... ¿Un encargado nace o se hace? Si alguna vez te has hecho esta pregunta deberías tratar de tener menos tiempo libre, aún así, lo voy a contestar porque no me gusta que la gente viva en la inopia. El jefe se hace, al nacer es completamente normal, como decía más arriba. Es después, con los años, cuando desarrolla ese instinto que les lleva a sacar los peores instintos de quienes le rodean. A veces simplemente es que, pobrecitos míos, les extirpan el cerebro o les extraen el hemisferio izquierdo (el racional) y cuarto y mitad del derecho (el creativo)¿Que quién hace eso? Los gobiernos, los extraterrestres y Dios, dependiendo del contexto. Por ejemplo, al alcalde (o jefe) de EEUU le han mutilado el cerebro unos alienígenas un pelín psicópatas. Pero ojo, que se puede ser jefe, encargado, patrón, general, lider e hijo del amo y ser buena persona, racional y justa... Incluso me han hablado de jefes que reciclan, pero yo nunca los he visto. Hemos estado investigando y la verdad, hemos visto 3 bigfoots, un gremlin, al ratoncito Pérez, 3 unicornios (uno de ellos alado y otro que creo que podría ser un rinoceronte en plena operación biquini), al hombre del saco, un minotauro y una manada de centauros pero no hemos encontrado nadie que haya visto ningun jefe bueno. Supongo que habrá que esperar a que Papa Noel, Emilio Aragón o yo (la santísima trinidad de los superhéroes que luchamos contra el mal) seamos jefes para ver a uno que sea digno.
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