Los feos y yo

Buenos viernes. Hay días en que parece que todo va a salir bien, días en que no hay tráfico en las calles, en que Maluma no canta o en que no se te cuela ninguna abuela en el super... Hoy tampoco es uno de esos días. Vuelve a ser otro viernes de mierda, pese al puente. Por eso, para regodearme en esta caca existencial, y porque se lo debía aCinéfilo Nato, he decidido hablar de esos seres incomprendidos, los únicos que van a MyHyV y se vuelven sin follar. Sí amiguitos, hoy voy a hablar de LOS FEOS (decrépitos prematuros en su mayoría), esos humanos calvos, gordos, los que tienen cualidades estéticas diferentes, los que viven al otro lado de los canones de belleza impuestos por Hollywood y Telecinco. La escoria de la humanidad... los que son como yo. Desde los neardentales, antes incluso de que a Kirk "Espartaco" Douglas se le hiciera un agujero en la barbilla, siempre ha habido personas que no han sabido enbellecer al ritmo marcado por la sociedad. Dios, en su infinita torpeza, les ha castigado con la peor y más mortal de sus plagas: La invisibilidad sexual para con el resto de humanos. No os lo vais a creer debido a lo divino de mi caracter y a lo atractivo de mi ser, pero estoy calvo y gordo y soy feo. Mi madre, al nacer, quiso cambiarme por la placenta, pero no la dejaron. Esa feura y el saber aceptar que mis padres preferían pasear por la calle con un insecto palo antes que conmigo, me hizo más fuerte y gracias a eso sobreviví a las miradas censoras de cuantos me miraron con desprecio por no ser la sílfide melenuda que era en mi tierna adolescencia. Para acabarlo de arreglar, poseo un instinto nulo y/o muy primario a la hora de vestir, que me convierte en un hortera o en un yonky con chandal a ojos de los demás. Mi armario no conoce modas y visto igual que en el instituto. Menos mal que mi musculado cuerpo, mi espalda llena de bello vello y mi mundialmente conocida potencia sexual mitigan mi brillante calva, mis curvilineas formas, mi miopía con gafas, mi nariz grande y mi forma de vestir. Por suerte, a mi me la pela de costado mi físico. Otros con mejores cartas pasan por salas de operaciones o se acomplejan, yo no ¿Por qué? Porque ser guapo es una mierda. Sí, les sirven antes el café que a los feos en los bares, pero yo me puedo quemar la cara entera y las féminas no se darán cuenta porque ya se han acostumbrado a no mirarme, en cambio al guapo se le arruina la vida. Mi equipo de investigación y yo no hemos encontrado el momento justo de la historia en que ser calvo empezó a estar peor visto que lucir pelazo, lo cual es un poco desconcertante. Hoy día, que es muy de metrosexual estar todo rasuradito, resulta que ser alopécico es una mierda, tócate los cojones. Voy al revés de la moda, todo el cuerpo lleno de pelos y aclarado en la azotea cuando lo que se lleva es depiladito todo el cuerpo y pelo cuidadito y perfilado en la cabeza. Menos mal que Bruce Willis nos abrió una puerta a la dignidad y nos enseñó que si no puedes con el enemigo, hay que unirse a él... ¡rápate los pelos que te quedan y aparenta ser más calvo de lo que eres! Y... Funciona!! En lo succesivo deberíamos omitir la palabra alopecia, que suena a enfermedad, para hablar de calvos, que suena a cosa maravillosa. El tema de la gordura es más jodido. Puedes dejar de fumar, de beber alcohol y de frecuentar profesionales del sexo, pero no puedes dejar de comer porque si no comes te mueres, eso es así. Si eres de los que venderías a tu madre por un desayuno en un buffet libre te pasas la vida deambulando en la delgada linea que separa al simpático gordito del psicópata a dieta. Dios ha decidido que los churros engorden y el brócoli no, así que es de cajón que el todopoderoso, no solo no tiene criterio sino que es un hijo de puta. Parece que es uno de esos delgados que se quejan porque no paran de comer y no engordan, los archienemigos de los gordos de huesos anchos como yo. También soy poseedor de una buena nariz. Mentiría si dijera que mi tabique nasal se ve desde el espacio, pero es verdad que mi napia tiene cierta relevancia, que no elegancia. De todas maneras va superbien para aguantar las gafas y para oler donuts a cierta distancia. Después de rigurosas comprobaciones puedo afirmar que en mis fosas nasales caben enteras las primeras falanges de todos y cada uno de mis dedos. No sé que hacer con esta información ni con este hallazgo así que he decidido hablar de mi nariz en esta reflexión, por si nunca sale el tema de las falanges dentro de la nariz cuando hablemos. Y que demonios! Cyrano de Bergerac tenía más carne entre los ojos que yo y es el mejor personaje literario de la historia... Aunque creo que acabó muriendo sin echarle un kiki a su amada. ¿Y ser gordo, calvo y narigudo te convierte en feo? Buena pregunta. La respuesta es sí. No tiene base científica alguna pero lo cierto es que dejas de ser observado, que es igual que decir que eres incómodo de ver, lo que las chicas hetero llaman un: ¡y una mierda vas a poder tocarme sus tetas, calvo depravado! (si eres feo y te gusta follar te conviertes a ojos ajenos en un guarro salido). Puede ser peor, puedes ser un gordito simpático, lo que te convierte en asexuado. Llegado a este punto, al del feo simpático y bonachón, alguno dirá que lo importante es el interior y que el físico no lo es todo. Eso es una puta mentira. Me niego a pensar que todos los guapos cachas tienen mejor interior que yo y que por eso follan más. Prefiero pensar que las mujeres no quieren tocarme ni con un palo, la verdad. Mi interior no es muy bonito, es cierto, y que visto un bazo vistos todos, pero no es peor que el de Thor, por ahí si que no paso. Podría hablar también de mis pies de princesa, mi tatuaje de "putita" carcelaria, mi timidez enfermiza o de mis ojeras, pero creo que con que sepáis que estoy gordo, soy calvo y voy siempre en chandal, ya tenéis suficiente información para juzgarme.