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La publicidad y yo

  • Foto del escritor: jramonvera
    jramonvera
  • 10 feb 2019
  • 5 Min. de lectura

Ya estamos, con la fresquita, en febrero de 2019. Llevo 41 años esperando esto para poder celebrar el cincuenta aniversario de la última actuación de los Beatles. Permitidme que hoy me ponga nostálgico y haga una reflexión sobre uno de los grupos más sobrevalorados de la música. Hoy quiero hablar de los flequillos yeyés... pero antes, una breve pausa publicitaria para recordar que "Proyecto Verne" es el mejor libro de la historia y que no puedes vivir sin él. Bueno... ¿Sabéis qué? Que hoy voy a hablar de esto ¿Mi novela? Ya quisierais. Hoy, amiguitos, voy a hablar de la PUBLICIDAD, eso que usamos los humanos para buscar, comparar... y si encontramos algo mejor a lo que tenemos, comprar.

Acabamos de pasar la Navidad, supongo que algo habréis notado. Esta época siempre ha sido propicia para la publicidad y por la razón que sea esto me ha hecho reflexionar. Ahora que la gente ve series en bucle, que ve Netflix, que ve videos de youtube y pornotube, ya no vemos anuncios. Internet, que ya se cargó el fabuloso mundo de las revistas de tetas, ahora está acabando con los entrañables anuncios que tanto bien han hecho a la humanidad. Es verdad que analizándolo friamente quizás se viva mejor sin ver anuncios de galletas Oceanics, pero también dejaríamos de ver a anuncios como el de "Busco a Jacq's" o los infravalorados anuncios de records mundiales de platos fregafos por fairy y, siendo así, nuestro mundo sería más triste y con más grasa en nuestros platos.

El primer anuncio de hace una burrada años (año arriba año abajo). En él, un homo erectus nos convenció de que no podríamos vivir sin el fuego, como así fue. Desde entonces ha habido muchos anuncios famosos como el ángel del portal de belén anunciando el nacimiento de Jesús, el anuncio de las muñecas de famosa, el de "¿es nuevo? No, lavado con Perlán" o el del "libre" del chaval de la peca. Pero ojo, que sea una publicidad que todo el mundo conoce no significa que sean anuncios buenos. Un buen anuncio es como las canciones de Mecano: si las analizas verás que la letra es una mierda, la vocalista canta regular, y ellos no eran ni guapos... Pero te gustan. Es más, cada vez que ponen el "No me mires", te vuelves loco y te vienes arriba mientras tus hijos te miran desconcertados. Con la publicidad pasa algo parecido. No triunfan los anuncios mejor hechos, ni los de mejores slogans ni los de los mejores productos. Un buen ejemplo sería el "hola, soy Edu, Feliz Navidad" : presupuesto 0, no le has pagado a una estrella internacional para que lo haga ni le has puesto la voz de Ramón Langa o Constantino Romero... Pero todo el mundo recuerda aquella bazofia.

Tengo que reconocer que tuve una infancia feliz gracias a la cual jugué poco en la calle y vi mucha tele. Gracias a mi mente previlegiada memoricé muchos de aquellos anuncios (y los que no memorizaba los apuntaba con mi bic naranja si quería escribir fino o mi bic cristal si lo que quería era escribir normal) y, a día de hoy, aún puedo canturrear de memoria, retorceros de envidia, las melodías de los anuncios como el de Coca Cola para el mundial 86, el de la colonia Chispas o el de los caramelos Chimos. Aún recuerdo anuncios de perfumes donde la voz en off no susurraban el nombre del perfume en francés y cómo llegué a sorprenderme cuando supe que The Police versionaban en inglés la canción de la tónica Sweepes. El mundo era maravilloso e incluso limpiar era maravilloso si uno pasaba el Pronto y otro el paño... Causó muchos accidentes ese anuncio, pero seguía siendo maravilloso.

Los anuncios nos han cambiado la vida y la forma de comunicarnos. ¿Quien de vosotros no ha usado alguna vez alguna de estas frases?: "Porque yo lo valgo", "la bola entró!", "Más bueno que el pan", "Mama...¿y mi kimono? Kiaaa!!!", "¿Frío yo? ¡Nunca!", "tenemos chica nueva en la oficina", "tenía que ser Chein", "¿Qué qué es lo que tengo? Yo tengo de to'", "Del Caserío me fío", "el algodón no engaña", "hoy me siento flex", "sonrisa profident", "Giropaaa!" o "un palo!!". Los anuncios han formado siempre parte de nosotros y sin embargo renegamos de ellos... Y solo hay que renegar del anuncio de la lotería de Raphael y la Caballé. La publi nos daban la posibilidad de fregar los platos sin perdernos la subasta del Un, dos, tres. Nos permitían mear y ver el final de Pretty Woman o, en mi caso, me permitían acabar los deberes los domingos por la noche mientras veía Canción triste de Hill Street (sí, yo hacía los deberes a última hora. No se lo digáis a mi hija). Nos han dado tanto que me entristece que ahora la gente vea series online o bajadas de internet para no verlos. Joder...que la publicidad es una de las pocas cosas que no tiene precio (para el resto, Mastercard) ¿Y qué me decís de lo que nos han enseñado... De sus lecciones de vida? Con los anuncios aprendimos que el coñac Soberano era cosa de hombres (sin embargo, las cuchillas Gilette eran lo mejor para ellos), que para usar compresas había que saber a que huelen las nubes, que Tristón solo quería un amiguito y que si te gusta conducir tienes que sacar el brazo por la ventanilla. Pero si hablamos de enseñar me gustaría hablar de la acepción más explícita de la palabra: la chica Fa, la de busco a Jacq's (sí, ya sé que ya he hablado de ella pero es que ha sido todo un referente), la chica Martini a la que se le deshilachaba la falda... ¡Cómo no íbamos a ver anuncios!

Mil preguntas asaltan mi mente en estos momentos... ¿Dónde han quedado aquellas competiciones a muerte por adivinar cual sería el primer anuncio del año? ¿no era precioso oír cantar a Mocedades "color Titán"? ¿Qué habrá sido de los peces pequeños desde que quitaron el anuncio de "Pezqueñines no, gracias"? ¿Se podría hoy día emitir los anuncios de "somos los conguitos" o del negrito del Colacao? ¿Si mezclas solo leche, cacao avellanas y azucar te da Nocilla? Y sobretodo... Papa, ¿Por qué somos del atleti?

Desde aquí quiero homenajear al hombre de gafas de la tónica sweppes, a los payasos de Mikolor, al calvo de la lotería, al helicóptero de Tulipán, a los actores de Hollywood que salían en los anuncios de freixenet y a los hombres que usaban abanderado porque las mujeres compraban abanderado. Quiero declarar mi fascinación por la gente que "si sabe, saba" y a Lorenzo Lamas (el reig de las camas). Necesito decirle al mundo entero que le ponga altares a todos aquellos que vuelven a casa por Navidad, a los que no cambiaban su detergente por tres de la competencia y a las personas con principios que si van a un restaurante y no hay casera, se van.

Da igual si eres un Mimosín, un primo de Zumosol o si siempre piensas en verde, el caso es que deberías seguir viendo anuncios... Son la chispa de la vida.

Por último, recuerda que "si bebes, no conduzcas".

PD: Me pongo nostálgico hablando del pasado de la tele. Si ahora viera un anuncio donde saliera Pippín, podría llorar hasta el domingo por la noche.

PD2: Si has reconocido, y añorado, los 60 anuncios mencionados, felicidades, estás enfermo. Y además, eres un enfermo de cierta edad... Como yo. Comunícamelo y montamos un club o algo.

PD3: Mamá, ¿ves como ver la tele tanto sí iba a servirme para algo? He hecho un post. Tanto sacrificio valió la pena.

PD4: Roger Wilson, the artist, no se acordará de la mayoría porque era un criajo. A pesar de ello, ha dibujado esta maravilla.

PD5: Esta reflexión puede contener trazas de realidad. Ningún bípedo ha resultado herido en el transcurso de la investigación, ni si quiera los deportistas gafes que anunciaron las natillas Danone.

Be water, my friend


 
 
 

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