Los seres despreciables y yo

Buenos viernes, queridos míos. Hoy, en un ataque de valor sin parangón me adentraré en el fastuoso mundo de la metagramática y paso a hacer mi estudio reflexivo sin utilizar verbos transitivos. Será la primera vez que haga este ejercicio sin red (ni, repito, verbos transitivos) y es posible que mi reputación como científico caiga al vacío desde una altura considerable. Ruego se aparten de las primeras filas por si cayera y lo pusiera todo perdido de sangre. Si no salgo vivo de esta díganle a mi mujer y mi hija que les quiero y que guardo todo el dinero que he ganado en esto de la literatura en el cajón de la nevera donde guardamos las acelgas, allí donde nadie jamás podría verlo. Hoy amiguitos, voy a hablar sobre LOS SERES DESPRECIABLES. Esos seres que buscarán en la wikipedia qué es un verbo transitivo solo para poder mirar si me he equivocado. Pues ya os avanzo, malditos seres despreciables, que lo de los verbos transitivos me lo he pasado por el forro. Era solo una pantomima para desenmascaraos. Empecemos. Un buen ser despreciable, se diferencia de un jodedor profesional, del que ya hablé en otra reflexión, por dos cosas. La primera es que no cobra ningún sueldo por molestar, conservando su condición de amateur para poder participar en los JJOO. La segunda es que no es consciente de lo que molesta. Si lo fuera, obviamente merecería morir con dolor. Un ser despreciable no es fácil de reconocer a primera vista. Se parece a un bípedo normal, solo que no lo es. Viven entre nosotros, como ciudadanos libres y con derecho a voto. Podría ser tu cuñado o tu jefe... pero ojo, también podrías ser tu hijo o tu madre. A lo mejor, hasta lo eres tú. Mi equipo de investigación y yo os vamos a poner algunos seres despreciables tipo para que sepáis reconocerlos. Lo fácil sería hablar de los runners, los veganos que te dicen cada 7 minutos que lo son, Bono de U2 o el vecino que taladra a la hora de la siesta, pero hay que ir más allá si queremos esquivar a los seres despreciables o como yo les llamo, los hacedores de misántropos. Vamos allá: Quizás el peor de todos sea el que te va dando golpecitos mientras te está hablando. Solo Dios sabe que se le puede pasar por la cabeza a un ser viviente así. El que decidió quitar la pena de muerte en este país, está claro que no se encontró jamás a ninguno de estos sujetos. En la hipotética lista de los peores también podríamos encontrar a los jóvenes que van por la calle con su reguetón a todo volumen. La música amansa a las fieras pero "esto" saca a la bestia que llevamos todos dentro, buscando sangre fresca. Otro ser despreciable es el que estando tú sentado en un bar, un cine, en el tren, etc con el resto de asientos vacíos, va y se sienta justo a tu lado. O el niño que está en un bar enchufado a un móvil, jugando, con la música del jueguecito tan alta que molesta a todos menos a sus padres. ¿Y que me decís de los que fuman en el ascensor, los que canturrean en sitios públicos o el que te "obliga" a quitar el aire acondicionado de tu casa o coche porque se resfría? Y puestos a molestar... ¿Hay algo peor que el abuelo que se para delante de un paso de cebra y que cuando paras tu coche para que pase, el te dice que sigas? Pues sí, hay algo peor, las personas a las que le preguntas cómo están (por pura cortesía) y van... ¡y te lo cuentan! Con un simple "bien" bastaría, eso es de primero de personas humanas. También está el que te habla catalán a un volumen imperceptible al oído humano y cuando le pides que te lo repita porque no lo has oído, te lo grita en castellano, o los que comen como animales y no engordan ni un puto gramo. El que es feliz un lunes debe ser destruido, eso lo sabemos todos, aunque yo incluiría a todos los que son felices, independientemente del día de la semana. También hay que destacar al que le cuentas tus dolores y/o problemas y lo entienden como una invitación para hablar de lo suyo. Los adolescentes... O mejor, los niños en general. Los que no han leído Proyecto Verne. Los que salpican en la playa o la piscina. Aquellos que justifican llegar siempre tarde porque una vez llegó puntual y le tocó esperar unos minutos, o los que les preguntas "¿Hoy es martes?" y te dicen "Para todo el día" (para poder castigar a estos como merecen deberíamos tener más nudillos y/o licencias de armas). Tampoco se quedan atrás esas personas que cuando les dices que no bebes te preguntan "pero cerveza si bebes, ¿no? ". El que te pisa lo fregao', el que ocupa dos plazas de aparcamiento porque él lo vale, el que se cree que tiene derecho a decirte que no deberías ir con chándal a tu edad, el que pagando a escote no mira los precios de lo que pide, el que te pregunta "¿tú eres tú...o tu hermano?, los que hablan lento, los que suben al tren antes que bajen los del vagón, la gente que tira papeles al suelo, los jóvenes que no ceden su asiento a los abuelos ni a las embarazadas, el que te acaba de conocer y a los tres minutos te pregunta si eres del madrid o del barça, los que van narrando las películas mientras las ven, el tonto del móvil que suena en mitad de la peli o en el teatro... Señores, la humanidad se va a la mierda a base de personas despreciables. Hay otros seres despreciables, aunque igual solo me lo parecen a mí. Un claro ejemplo sería el que se pasea por ahí sin pisar las rayas del suelo porque cree que si lo hace el mundo puede explotar. Verdaderamente me da igual que lo hagan, pero me jode porque me obligan a mí a hacerlo también... ¡Porque el mundo puede explotar! Y así vamos... La vida pone a prueba tu paciencia poniéndote seres de estos para que te encuentres, al menos, uno cada hora o hora y media. PD: Quien no es nada despreciable pese a que a veces levanta la vista de sus dibujos durante las 21 horas de su jornada laboral, es Roger Wilson . PD2: Esta reflexión puede contener trazas de realidad. Nadie ha resultado herido en el transcurso de esta investigación... Y es un milagro porque sabemos que más de uno pisó las rayas del suelo.